Errejón, Íñigo, et al. "La declaración completa de Íñigo Errejón ante el juez." Video. YouTube (LibertadDigital) 20 Jan. 2025.* (Sexual abuse, Wokes, Feminism, Podemos).
2025
Errejón, Íñigo, et al. "La declaración completa de Íñigo Errejón ante el juez." Video. YouTube (LibertadDigital) 20 Jan. 2025.* (Sexual abuse, Wokes, Feminism, Podemos).
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Retropost, 2012
"No hace muchas noches que me hallaba encerrado en mi cuarto, y entregado a profundas meditaciones filosóficas, nacidas de la dificultad de escribir diariamente para el público. ¿Cómo contentar a los necios y a los discretos, a los cuerdos y a los locos, a los ignorantes y a los entendidos que han de leerme, y sobre todo a los dichosos y a los desgraciados, que con tan distintos ojos suelen ver una misma cosa?"
En una librería de Bueu que cierra ahora me he comprado dos libros de artículos de Larra, quizá el primer blogger español a su manera. Así empieza el artículo "El mundo todo es máscaras. Todo el año es carnaval". Y así evalúa el bachiller su experiencia en las noches de mascaradas:
"Ni me sé explicar de una manera satisfactoria la razón en que se fundan para creer ellos mismos que se divierten un enjambre de máscaras que vi buscando siempre y no encontrando jamás, sin hallar a quien embromar ni quién los embrome, que no bailan, que no hablan, que vagan errantes de sala en sala, como si de todas les echaran, imitando el vuelo de la mosca, que parece no tener nunca objeto determinado. ¿Es por ventura un apetito desordenado de hallarse donde se hallan todos, hijo de la pueril vanidad del hombre? ¿Es por aturdirse a sí mismos y creerse felices por espacio de una noche entera? ¿Es por dar a entender que también tienen un interés y una intriga? Algo nos inclinamos a creer lo último, cuando observamos que los más de éstos os dicen, si los habéis conocido: '¡Chitón! ¡Por Dios! No digáis nada a nadie'. Seguidlos, y os convenceréis de que no tienen motivos ni para descubrirse ni para taparse."
Un parlamnto de Los intereses creados, de Jacinto Benavente:
COLOMBINA: Si ha de juzgarse del amo por el criado...
CRISPÍN: No temáis. A mi amo le hallaréis el más cortés y atento caballero. Mi desvergüenza le permite a él mostrarse vergonzoso. Duras necesidades dee la vida pueden obligar al más noble caballero a empleos de rufián, como a la más noble dama a bajos oficios, y esta mezcla de ruindad y nobleza en un mismo sujeto desluce con el mundo. Habilidad es mostrar separado en dos sujetos lo que suele andar junto en uno solo. Mi señor y yo, con ser uno mismo, somos cada uno una parte del otro. ¡Si así fuera siempre! Todos llevamos en nosotros una gran señor de altivos pensamientos, capaz de todo lo grande y de todo lo bello... Y a su lado, el servidor humilde, el de las ruines obras, el que ha de emplearse en las bajas acciones a que obliga la vida... Todo el arte está en separarlos de tal modo, que cuando caemos en alguna bajeza podamos decir siempre: no fue mía, no fui yo, fue mi criado. En la mayor miseria de nuestra vida siempre hay algo en nosotros que quiere sentirse superior a nosotros mismos. Nos despreciearíamos demasiado si no creyésemos valer más que nuestra vida... Ya sabéis quién es mi señor: el de los altivos pensamientos, el de los bellos sueños. Ya sabéis quién soy yo: el de los ruines empleos, el que siempre, muy bajo, rastrea y socava entre toda mentira y toda indignidad y toda miseria. Solo hay algo en mí que me redime y me eleva a mis propios ojos. Esta lealtad de mi servidumbre, esta leasltad que se humilla y se arrastra para que otro pueda volar y pueda ser siempre el señor de los altivos pensamientos, el de los bellos sueños.
Benito Jerónimo Feijóo (el Feijóo bueno) escribe sobre el teatro cotidiano de la hipocresía con la agudeza de un Goffman del siglo XVIII en su Teatro Crítico:
Virtud aparente
Los hipócritas perfectos son pocos. Llamo hipócritas perfectos a aquellos cuya superficie toda es devoción y el fondo todo iniquidad...
No hay que admirar que sean pocos éstos, no obstante ser el camino de la hipocresía el más breve que hay para el templo de la Fortuna. Son pocos los que tienen la robustez de espíritu necesaria para una vida tan trabajosa. Concíbase cuanto se quisiere ardua la virtud, más penosa es la fingida que la verdadera. Es menester un continuo estudio inseparable de un continuo afán; una vigilancia infatigable en reprimir las irrupciones del alma, que sin intermisión pretende campear hacia afuera. No hay pasión que como fiera atada no forcejee por ormper las prisiones en que la pone el disimulo. No late menos la facultad animal del corazón en el semblante que la vital en la arteria. Su movimiento interno es como el del reloj que tiene afuera voz que le publica y mano que le señala. No hay palabra, no hay acción que, si no se rige con contrario ímpetu, no sigue el curso de aquella animada máquina. Solicitan importunamente a los ojos la curiosidad y la lascivia; brma por desahogarse en la voz y en el ceño la impaciencia; la chocarrería oída con gusto provoca a la risa; llama la injuria a la venganza; la lengua y el oído están mal hallados con el silencio; no hay miembro que a su pesar no se haya de dejar regir hacia la representación de compostura; son infinitas las cuerdas de que se compone la armonía de un exteriorior modesto y todas deben estar violentamente tirantes; a las puertas de todos los sentidos dan continuas aldabadas los apetecidos objetos. ¿Qué fuerza hay bastante a resistir tantos impulsos o a manejar a un tiempo tantas riendas?
Añádase a esto el susto de ser cogidos en la trampa. En cuantos ojos la circundan otras tantas espías enemigas temen. Bien conocen la dificultad de conservar siempre inaccesible el alma a la observación ajena. Por más que se cierren las ventanas, quedan en imperceptibles descuidos innumerables resquicios. Cuando logren engañar la multitud, no faltan espíritus trascendentes que distinguen, en cualquier parte que se halle, lo natural de lo artificioso. por más que la afectación remede la realidad, una y otra tienen sus notas, bien que inexplicables, perceptibles; un carácter especial que se sujeta a la inteligencia y se niega a la voz. El mismo cuidado de ocultar al alma la hace visible, porque es visible la cautela y es visible también que los corazones inocentes no usan de este estudio. Todo hombre muy circunspecto se hace sospechoso. El que está asegurado de su conciencia, obra y habla con abertura. Ni le aprovechará al hipócrita ponerse a imitar aquella nativa franqueza, nunca acertará con el punto debido. Siempre los que tienen conocimiento distinguirán entre el original y la copia. Así yo creo que hasta ahora no hubo hipócrita que acertase a engañar a todo el mundo....
(IV, Disc. I).