Creo que fue Horace Walpole el que sentenció que "el mundo es una tragedia para los que sienten, y una comedia para los que piensan." Al parecer, según nos cuenta Carlos García Gual, a Jean de La Fontaine habría que incluirlo entre estos últimos, pues sus fábulas enseñan una filosofía un tanto cínica, escéptica, desengañada e irónica en cuanto a las motivaciones humanas, o, digamos, las de los animales parlantes. El fabulista mismo parece tener pocas motivaciones al margen de esta observación irónica de los demás....
Esa despreocupación respecto a las riquezas, los honores y las obligaciones habituales de la vida fue la más notoria virtud de La Fontaine. En el mundo conflictivo y bestial que representan las fábulas de los animales parlantes, la ambición, la vanidad y el afán de venganza son los motivos constantes de la feroz lucha por la vida. Como en la Francia de su época, como en el mundillo cortesano de París, ésos son los motivos de la lucha por la vida: la ambición, la vanidad, las rivalidades que hacen de la sociedad un cruel teatro de peleas y desdichas, Eso es lo que impulsa a unos y otros en su continua refriega cotidiana y lo que trae consigo tantas desgracias y desastres. El mundo es así, y triunfar en él requiere practicar esos engaños y adecuarse a esas violencias.
Pero quien, como nuestro fabulista, no tiene afán de medro ni lucro, quien no ambiciona ni está ávido de honores, no tiene por qué sentirse entrampado en ese juego de pasiones y astucias. Puede observar el juego desde su retiro, sin tomar partido ni recibir los golpes de unos y otros. Como se aconseja al final de la fábula de El hombre y la serpiente, una de las más amargas del repertorio, para evitar la cólera de los poderosos, el prudente sabe "hablar de lejos o bien callarse". Y quien observa así el espectáculo de la vida puede incluso divertirse con el espectáculo. "Una amplia comedia de cien actos diversos / y cuya escena es todo el universo."
(Carlos García Gual, "El epicureísmo de La Fontaine y la moral de las fábulas." In García Gual, La luz de los lejanos faros: Una defensa apasionada de las humanidades. Barcelona: Planeta-Ariel, 2017. 206-19; 217).
No hay comentarios:
Publicar un comentario