lunes, 28 de abril de 2025

El arte (dramático) de la Vida

 Henry Fielding, Amelia, I.1

Capítulo Primero: Que sirve de Introducción:

Veránse en esta Historia los diversos accidentes que sucedieron a dos dignos esposos después de su unión con los estrechos lazos del matrimonio. La mayor parte de las desgracias que tuvieron que sufrir fueron tan grandes, y los incidentes que las causaron tan extraordinarios, que parecen haber apurado toda la malicia y las invenciones más exquisitas que la superstición atribuye a la Fortuna. Que la Fortuna pueda tener parte en nuestras cosas, ni aun que exista semejante ente en el Universo, es lo qeu yo me guardaré muy bien de decir. En todos tiempos ha sido injusta con la Fortuna la voz pública, atribuyéndole gran número de sucesos, en los cuales no tiene ella parte alguna. Muy duro se me hace que no sea posible explicar por medios naturales la ventura de los malvados, las desgracias de los necios y todas las miserias que las personas sensatas se acarrean ellas mismas muchas veces por abandonar las sendas de la prudencia, y seguir ciegamente los movimientos de su pasión dominante; en una palabra, todos aquellos acontecimientos de que se acusa por lo ordinario a la Fortuna, aunque no se tenga más fundamento para ello ,que el que uno que juega mal tiene para quejarse de su desgracia en el ajedrez.

Si los hombres maldicen las más veces sin motivo a este ente imaginario, también se hallarán precisados a recompensarle de este agravio, dándole en otras ocasiones el honor que no merece tampoco. Salir de las tristes consecuencias de una imprudente conducta, vencer a la desgracia luchando valerosamente contra ella, es uno de los más nobles esfuerzos de la prudencia y de la virtud. Y así el que llamase a semejante hombre afortunado, se explicaría tan impropiamente como el que diese el mismo nombre a un Escultor o a un Poeta por haber hecho una Venus o una Ilíada.

La vida, así como cualquier otra cosa  puede ser mirada como un arte, y no deben tenerse los grandes incidentes de ella por casualidad, como no se tienen por tales los diferentes miembros de una Estatua, o de un excelente Poema. Los Críticos no se contentan con ver en todo esto que una cosa es grande; quieren saber cómo y por qué lo es. Examinando con cuidado los diferentes grados, por los cuales todo modelo llega a la perfección, aprendemos a conocer verdaderamente la ciencia que con este modelo se ha formado. Ahora, pues, las historias del género de ésta pueden, con razón, pasar por modelos de la Vida Humana, y así el reflexionar sobre las particularidades de los diversos incidentes que se enderezan a la catástrofe o al complemento del todo, y sobre las más pequeñas causas que han atraído estos incidentes, es el medio más propio para instruirnos en la más útil de todas las artes, que yo llamo El Arte de la Vida.

 

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