domingo, 31 de julio de 2022
Somos de lo más
Un retropost de 2012:
Quizá sea una costumbre especialmente occidental, pero creo que
es más general que eso. Todos somos dados a presentarnos a los demás
con una imagen favorable (ejemplo: este blog, sin ir más lejos). O en
lo que suponemos será una imagen favorable: al menos lo intentamos.
Subir puntos ante los demás, obtener kudos
que dicen los americanos. O, siguiendo la lógica de lo que hemos dicho,
al menos obtener puntos imaginarios ante nosotros mismos, habida cuenta
de la valoración imaginaria que recibimos.
Decía Goffman que el rostro de uno (interaccionalmente definido, o sea, la face que presentamos ante los demás en un encuentro y cuidamos con el face-work)
es sagrado. No sólo en la estimación propia, sino como regla general de
fondo del trato social. Así, no sólo no ofendo yo a mi propio rostro,
ni al de los demás, sino que espero que los demás van a colaborar
conmigo más o menos manteniendo la línea en la cual me presento, y la
imagen que quiero dar de mí mismo. Eso al menos si no me como demasiado
terreno del vecino. Es parte del ritual social por tanto el protegerse
mutuamente la cara, entrando en la ficción de que todos somos guays y
extremadamente respetables, y ayudando a mantener el propio rostro y el
del vecino a base de cortesía, protocolo y rituales de asentimiento.
Este es el panorama de fondo, pero claro también hay face-threatening acts, como estudiaron Brown y Levinson en Politeness,
después de Goffman—actos comunicativos que al dar respuesta al sujeto
hablante amenazan el rostro público presentado por él. A veces estos
son directos y explícitos (por
ejemplo el comportamiento de muchos trolls en los blogs, atacando
anónimamente al bloguero y procurando desacreditar su línea o
autoimagen). Otros son indirectos—los que parece que conceden la mayor
pero en realidad socavan la idea que pretende dar el sujeto de sí
mismo, o de un tema, o de los otros. Estos comentarios pueden ser más o menos
corteses o más o menos malignos—en principio siempre es más cortés
jugar al juego ritual del respeto mutuo, aunque sólo sea como retórica
preliminar.
Unas veces damos una idea favorable de nuestra personalidad en general, de nuestros accomplishments,
o rasgos de carácter o belleza física. Otras veces de lo magnífica que
es nuestra vida privada, nuestra familia, nuestro círculo de amistades,
nuestro enfoque original sobre la vida, lo envidiable de nuestro éxito
en tanto que sujetos sociales. La falsa modestia puede ser una
estrategia útil a seguir en estos casos, mientras no sea demasiado
evidentemente falsa, lo cual sería contraproducente. Pero quizá sea
especialmente divertido el contraste que se da a veces en el paso
súbito del tono desenfadado o relajado que conviene al hablar de uno
mismo, para ponerse súbitamente en tono profesional y presentarse uno
mismo como lo más de lo más en cuestiones profesionales—un profesional
de eficacia estratosférica, si nos preguntan a nosotros. El trabajo es
tan sagrado, o más, que la imagen privada de cada cual— o, por lo
menos, el yo privado y el yo profesional sirven de refugios alternantes
para las insuficiencias detectables en el otro. De acuerdo, soy feo y
mi vida privada carece de interés, pero como profesional no me tose
nadie. O bien viceversa: mi trabajo es mediocre y gris, mejor oculto mi
faceta laboral en la que soy un mero esclavo de la noria, pero mi yo
auténtico está fuera del trabajo, donde soy una persona de infinitas
posibilidades, una mente libre e impredecible.
Para eso a veces es conveniente no aventurar demasiado el yo
profesional por andurriales no profesionales, o el yo privado fuera de
su ámbito, y en general no mostrar mucho ni de uno ni de otro, pues
podría perderse el aura. Incluso en cuestiones de la red, es prudente
mantener una atractiva nube difuminada de vaguedad sobre cuál es
exactamente nuestro status profesional, o qué hacemos con precisión en
nuestro trabajo, o en nuestro tiempo libre (a menos que sea
espectacular, viajar, etc.). Es una manera de no darle argumentos al
adversario, y así ponernos en situación de ser los que más información
tengamos sobre nosotros mismos y nuestra valía, en un encuentro
determinado. El oyente se verá casi obligado a seguir nuestra línea de
autopresentación, a falta de datos propios que aportar en contra. Si
decimos que somos de lo más, y ése es el único dato que consta, ¿quién
nos va a contradecir? Por desgracia, el control de la autoimagen no
siempre está tan fácil. Nos puede quedar el consuelo de que hablen de
nosotros aunque sea mal, eso también da puntos.
Peribáñez y el Comendador de Ocaña
Libertad Digital
Ocaña viaja al Siglo de Oro y engalana sus calles en honor a Lope de Vega. La localidad toledana acoge la representación de una de las obras más destacadas del dramaturgo: Peribáñez y el Comendador de Ocaña, una pieza que se publicó por primera vez en 1614 y cuya trama se desarrolla en esta villa. Esta será la cuarta edición que se celebre.
"Peribáñez ha dejado de ser un espectáculo teatral y se ha convertido en un sentimiento de unión para todos los que entienden que la obra de Lope de Vega es un producto heredado del Siglo de Oro que tenemos que mantener", afirma Remedios Gordo, alcaldesa de Ocaña.
Los propios vecinos -unos 250- darán vida de forma desinteresada a Casilda, Peribáñez, el Comendador y al resto de personajes, bajo la dirección de Jesús Caro, en esta obra donde el amor y la honra villana son los ideales por los que luchar. Además, el ambiente tornará al siglo XVII con carros de caballos, galeras gigantes y cabezudos, fuegos artificiales, un mercado temático y la recreación de la procesión del Corpus de Toledo. "No le falta detalle", añade la alcaldesa.
En ediciones pasadas, se habilitaron 1.800 butacas para disfrutar de esta obra, un número muy destacable teniendo en cuenta que se trata de un pueblo de once mil habitantes. "El público ha sido el motor impulsor para que los vecinos sigan con esta obra", dice Remedios Gordo. El escenario escogido es un aliciente en sí mismo: "Es Bien de Interés Cultural. Además, todas las calles que rodean a esta plaza favorecen que el espectáculo tenga colorido y vistosidad".
La representación de Peribáñez y el Comendador de Ocaña será los días 30 y 31 de julio, a las 21 horas. Las entradas pueden adquirirse en la web del ayuntamiento y en la oficina de turismo por un precio de 5 euros o 10 euros. "Es una gran oportunidad -resume la alcaldesa- para disfrutar de cultura, patrimonio, buen hacer, buena gente y buena gastronomía".
Neguțătorul din Veneția
miércoles, 27 de julio de 2022
Gerry
Curiosa película, Gerry, de Gus Van Sant.
Se la ahorré a los chavales, diciéndoles que "parece normal, pero mala,
y en realidad es rara, pero buena". Es tan desesperadamente lenta, tan
"plomo", que a la salida del cine vino corriendo el organizador del
ciclo de cineclub a pedirnos disculpas por haberla programado. Pero
hablando con él y otros casi le convencimos de que era mejor de lo que
parecía. Va, en esencia, de dos personajes de pocas palabras perdidos
en el desierto, andando andando de aquí para allá desorientados, hasta
que, a punto de morir de insolación y deshidratación, uno de ellos mata
al otro, y descubre al poco la carretera para salir de allí. Lo
recoge un coche, y el conductor lo mira por el retrovisor con cierta
desconfianza; va sentado en el asiento trasero al lado del hijo del
conductor. Delante no sabemos si hay esposa o no, es uno de los enigmas
del filme.
A veces las andanzas de Gerry y su colega, no siempre queda claro quién
es quien, al parecer los dos son Gerry, recuerdan a las de Vladimir y
Estragón en Esperando a Godot. Supongo que la coincidencia de nombres es una de las señales sutiles de poética homosexual que gusta de lanzar Van Sant, igual que en Paranoid Park,
explorando las patologías de las relaciones, homosexuales en
particular, que son abundantes, la confusión y desorientación que
producen cuando no tienen una dirección clara, que normalmente no la
tienen. Podría decirse que el desierto éste (imaginario desierto de la
mente, nunca hubo un desierto tan variado en su deserción como éste) es
en realidad como una alegoría de la propia relación entre Gerry y
Gerry, o de Gerry consigo mismo por decirlo de otra manera.
La pareja está en crisis, apenas se hablan—hay dos conversaciones
sostenidas, una de ellas una fantasía de Gerry 2 (Casey Affleck) sobre
sus problemas como caudillo griego, quizá en un videojuego; al parecer
es el fantasioso y a Gerry 1, estólido y más elemento masculino, es al
que le entretiene la vida. Pero tras horas de crisis y desierto, sin
que la crisis termine de aflorar abiertamente, el Gerry 2 le dice a
Gerry 1 "me voy, te dejo"—en circunstancias curiosas, precisamente
cuando no puede irse ni dejarlo, pero puede—y es la ocasión de que
Gerry 1 lo estrangule. También era Gerry 1 el hombre del desierto
despiadado, el tuareg inescrutable. Malas crisis larvadas. El tema
homosexual nunca aparece explícitamente—o sea, con sexualidad, ni
siquiera con parafernalia muy reconocible—pero de homo hay mucho homo,
no siempre sapiens; está claro por otra parte que ninguno de los dos
Gerrys son el más listo de la clase. Hacer el Gerry es una frase que usan ambos con el sentido de meter la pata, portarse como un imbécil.
En fin, una película sobre el desierto de la pareja, que a veces cae en la imitative fallacy tan deplorada por Yvor Winters: si quieres mostrar el aburrimiento, aburre. Por suerte hace otras cosas, aparte de aburrir. Como a Roger Ebert, también me recordó la película a la escena final de Avaricia, de Von Stroheim. Y también a Ebert le recuerda a Godot—todo esto no puede ser casualidad.
Amplia comedia, cruel teatro
Creo que fue Horace Walpole el que sentenció que "el mundo es una tragedia para los que sienten, y una comedia para los que piensan." Al parecer, según nos cuenta Carlos García Gual, a Jean de La Fontaine habría que incluirlo entre estos últimos, pues sus fábulas enseñan una filosofía un tanto cínica, escéptica, desengañada e irónica en cuanto a las motivaciones humanas, o, digamos, las de los animales parlantes. El fabulista mismo parece tener pocas motivaciones al margen de esta observación irónica de los demás....
Esa despreocupación respecto a las riquezas, los honores y las obligaciones habituales de la vida fue la más notoria virtud de La Fontaine. En el mundo conflictivo y bestial que representan las fábulas de los animales parlantes, la ambición, la vanidad y el afán de venganza son los motivos constantes de la feroz lucha por la vida. Como en la Francia de su época, como en el mundillo cortesano de París, ésos son los motivos de la lucha por la vida: la ambición, la vanidad, las rivalidades que hacen de la sociedad un cruel teatro de peleas y desdichas, Eso es lo que impulsa a unos y otros en su continua refriega cotidiana y lo que trae consigo tantas desgracias y desastres. El mundo es así, y triunfar en él requiere practicar esos engaños y adecuarse a esas violencias.
Pero quien, como nuestro fabulista, no tiene afán de medro ni lucro, quien no ambiciona ni está ávido de honores, no tiene por qué sentirse entrampado en ese juego de pasiones y astucias. Puede observar el juego desde su retiro, sin tomar partido ni recibir los golpes de unos y otros. Como se aconseja al final de la fábula de El hombre y la serpiente, una de las más amargas del repertorio, para evitar la cólera de los poderosos, el prudente sabe "hablar de lejos o bien callarse". Y quien observa así el espectáculo de la vida puede incluso divertirse con el espectáculo. "Una amplia comedia de cien actos diversos / y cuya escena es todo el universo."
(Carlos García Gual, "El epicureísmo de La Fontaine y la moral de las fábulas." In García Gual, La luz de los lejanos faros: Una defensa apasionada de las humanidades. Barcelona: Planeta-Ariel, 2017. 206-19; 217).
martes, 26 de julio de 2022
El nuevo Tarzán
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lunes, 25 de julio de 2022
La Question Humaine
Retropost, 2012
Interesante película sobre ética de empresa, pero no al modo americano (para eso ver In Good Company, por ejemplo, o Margin Call, o Up in the Air), sino
al modo franco-alemán; va sobre una gran compañía química en Francia, y
el protagonista como el director está a mitad de camino de las dos
culturas, es de Estrasburgo. La compañía se ocupa de la psicología y el
ocio de sus empleados, de maneras inquietantes poco a poco; los colores
son fríos, verdes, azules y grises, y el ambiente triste y
claustrofóbico. No se sabe qué se fabrica en I.G. Farb, pero hay
control metódico, y humo que va a parar a la atmósfera. Hay síntomas,
escenas semioníricas de alienación. Hay intrigas. Un visir de la
empresa quiere ser director en lugar del director, y manda al
protagonista Kessler, psicólogo de la empresa, que investigue su
cordura al detectarse comportamientos extraños. Hay maniobras de
ganarse confianza, espionaje en distancias cortas. El psicólogo también
promueve fiestas rave y actividades musicales; no por ello mejora el
ambiente. La Empresa trata mucho con japoneses, y tiende a volver
japonés al personal, volcarlos en su dedicación a la empresa; la
cuestión humana ataca sin embargo en la persona del director, el Sr.
Just, atormentado por la muerte de su hijo y por el pasado que no lo
deja vivir. El pasado va saliendo a flote: es la herencia del nazismo,
las familias en las que se criaron él y el intrigante subdirector,
productos del régimen hitleriano, con traumas de infancia desplazados
largo tiempo. Un tercer elemento activo es un antiguo empleado
despedido, detector de esos traumas y de la analogía entre la ética de
productividad de la empresa y la del Estado nazi. La película es
sensible a las críticas de Kraus y Klemperer sobre la distorsión nazi
del lenguaje, y la aplica al lenguaje del rendimiento y productividad
en la empresa. También recuerda algunas escenas de Las Benévolas,
de Jonathan Littell, por ejemplo el sueño en el que la sociedad
amenazaba con convertirse en una gigantesca fábrica. El Sr. Just
contraataca las maniobras desestabilizadoras contra él, contravigila.
Es como un viejo orangután triste y experimentado, defendiéndose en un
mundo difícil, es inteligente y lúcido a pesar de las interferencias
que su pasado produce en su cerebro, pero no por ello deja de intentar
suicidarse. El psicólogo aprende cómo él mismo no está a salvo de verse
mezclado más de lo que le conviene para su propio equilibrio emocional,
que él creía a salvo—y viene a descubrir su propia culpabilidad e
implicación en el la cosificación de seres humanos. Es inquietante la
película, termina con un largo recitado recordando el holocausto y cómo
el lenguaje nazi, con su barniz de eficiencia deshumanizada, ayudaba a
ocultar la realidad humana, algo que para el director se repite en
cualquier discurso que subordina la cuestión humana a la eficacia
controlada por método y planificación.
La Question humaine.
Dir. Nicolas Klotz. Written by Elisabeth Perceval, based on a novel by
François Emmanuel. Cast: Mathieu Amalric, Michael Lonsdale, Edith Scob.
France, 2007.
miércoles, 20 de julio de 2022
domingo, 17 de julio de 2022
viernes, 15 de julio de 2022
The Origin of the Human Mind in Infant Dramatism
_____. "The Origin of the Human Mind in Infant Dramatism." In García Landa, Vanity Fea 11 July 2016.*
http://vanityfea.blogspot.com.es/2016/07/the-origin-of-human-mind-in-infant.html
2016
_____. "The Origin of the Human Mind in Infant Dramatism." Ibercampus (Vanity Fea) 11 July 2016.*
http://www.ibercampus.eu/the-origin-of-the-human-mind-in-infant-dramatism-4010.htm
2016 DISCONTINUED 2021 - Online at the Internet Archive:
http://www.ibercampus.eu/the-origin-of-the-human-mind-in-infant-dramatism-4010.htm
2022
_____. "The Origin of the Human Mind in Infant Dramatism." Social Science Research Network 7 Dec. 2017.*
https://ssrn.com/abstract=3081625
2017
_____. "The Origin of the Human Mind in Infant Dramatism." In García Landa, Vanity Fea 14 Jan. 2018.*
https://vanityfea.blogspot.com.es/2018/01/the-origin-of-human-mind-in-infant.html
2018
_____. "The Origin of the Human Mind in Infant Dramatism." Academia 3 Feb. 2018.*
https://www.academia.edu/35827813/
2018
_____. "The Origin of the Human Mind in Infant Dramatism." ResearchGate 4 Feb. 2018.*
https://www.researchgate.net/publication/322924875
2018
_____. "The Origin of the Human Mind in Infant Dramatism." This Huge Stage 15 July 2022.*
https://thishugestage.blogspot.com/2022/07/the-origin-of-human-mind-in-infant.html
2022
jueves, 14 de julio de 2022
CONSCIOUSNESS AS RATIONALITY AS INTERNALIZED DRAMATISM
CONSCIOUSNESS AS RATIONALITY AS INTERNALIZED DRAMATISM
From George Herbert Mead's Mind, Self, and Society (§42, 'Summary and Conclusion'), pp. 334-36.
In the closing sections of his book, Mead summarizes his view of human
consciousness as disctinct from the wider "ecological" conception of
consciousness. A general ecological-interactional approach to
consciousness gives us a generalized and emergent
conception on consciousness (also espoused by Mead), according to which
an organism reacts in a more or less complex way to its environment,
and in so reacting creates novel and emergent aspects of the world.
Consciousness, then, is not contained "in" the mind, but is inherently
relational, a function of the organism's relation to its environment.
But (within this general framework) there is a specific mode of
consciousness which requires human selves and rationality, and involves
the peculiarly human structure of internalized social dramatism,
involving taking the role of the other, or putting oneself imaginatively
in the other's stance. Which in turn gives rise to a generalized social
consciousness, in which we take the attitude of a "generalized other".
Such rationality involves a distribution of social parts, and a
generalized understanding of what these parts are, and of the
choreography and collective stage management of the whole social play,
under the virtual direction of the "generalized other." These are the
last paragraphs of Mead's section on "Society", before the Supplementary
Essays:
"The other conception that I have brought out concerns the particular sort of intelligence that we acscribe to the human animal, so-called 'rational intelligence', or consciousness in another sense of the term. If consciousness is a substance, it can be said that this consciousness is rational perse; and jut by definition the problem of the appearance of what we call rationality is avoided. What I have attempted to do is to bring rationality back to a certain type of conduct, the type of conduct in which the individual puts himself in the attitude of the whole group to which he belongs. This implies that the whole group is involved in some organized activity and that in this organized activity the action of one calls for the action of all the others. What we term 'reason' arises when one of the organisms take into its own response the attitude of the other organisms involved. It is possible for the organism so to assume the attitudes of the group that are involved in its own act within this whole co-operative process. When it does so, it is what we term 'a rational being'. If its conduct has such universality, it has also necessity, that is, the sort of necessity involved in the whole act—if one acts in one way the others must act in another way. Now, if the individual can take the attitude of the others and control his action by these attitudes, and control their action through his own, then we have what we can term "rationality." Rationality is as large as the group which is involved; and that group could be, of course, functionally, potentially, as large as you like. It may include all beings speaking the same language.Thus far Mead. I would only want to add that this description of universal and complete communicability, or of the universal exchangeability of positions, is the description of an ideal model. Actual social behavior, and the concomitant phenomena of consciousness, are just as much dependent on partial, approximative or plainly mistaken moves in the internalized dramatism, as they are on the partial success of an ideally frictionless social conduct.
Language as such is simply a process by means of which the individual who is engaged in co-operative activity can get the attitude of others involved in the same activity. Through gestures, that is, through the part of his act which calls out the response of others, he can arouse in himself the attitude of the others. Language as a set of significant symbols is simply the set of gestures which the organism employs in calling out the response of others. Those gestures primarily are nothing but parts of the act which do naturally stimulate others engaged in the co-operative process to carry out their parts. Rationality then can be stated in terms of such behavior if we recognize that the gesture can affect the individual as it affects others so as to call out the response which belongs to the other. Mind or reason presupposes social organization and co-operative activity in this social organization. Thinking is simply the reasoning of the individual, the carrying-on of a conversation between what I have termed the 'I' and the 'me'.
In taking the attitude of the group, one has stimulated himself to respond in a certain fashion. His response, the 'I', is the way in which he acts. If he acts in that way he is, so to speak, putting something up to the group, and changing the group. His gesture calls out then a gesture which will be slightly different. The self thus arises in the development of the behavior of the social form that is capable of taking the attitude of others involved in the same co-operative actvity. The pre-condition of such behavior is the development of the nervous system which enables the individual to take the attitude of the others. He could not, of course, take the indefinite number of attitudes of others, even if all the nerve paths were present, if there were not an organized social activity groing on such that the action of one may reproduce the action of an indefinite number of others doing the same thing. Given, however, such an organized activity, one can take the attitude of anyone in the group.
Such are the two conceptions of consciousness that I wanted to bring out, since they seem to me to make possible a development of behaviorism beyond the limits to which it has been carried, and to make it a very suitable approach to the objects of social psychology. With those key concepts one does not have to come back to certain conscious fields lodged inside the individual; one is dealing throughout with the relation of the conduct of the individual to the environment." (334-36)
These reflections by Mead on the 'Generalized Other' can be profitably compared with Adam Smith's notion of the 'Impartial Spectator' in his Theory of Moral Sentiments. In this paper I examine the implications of Smith's concept for an evolutionary of mind—the kind of theory that Mead would fully develop.
"Selección natural del Espectador Imaginario." In García Landa, Vanity Fea 15 March 2022.*
https://vanityfea.blogspot.com/2022/03/seleccion-natural-del-espectador.html
2022
On the evolution of God and sociality, see also:
Johnson, Dominic. God Is Watching You: How the Fear of God Makes Us Human. New York: Oxford UP, 2015.
Legare, Christine (Associate Professor of Psychology; U of Texas, Austin). Rev. of God Is Watching You: How the Fear of God Makes Us Human, by Dominic Johnson. Reading Religion 21 May 2016.*
http://readingreligion.org/books/god-watching-you
2016
miércoles, 13 de julio de 2022
viernes, 8 de julio de 2022
Bibliografía sobre Samuel Beckett
_____. "On Samuel Beckett." From A Bibliography of Literary Theory, Criticism, and Philology. iPaper at Academia.edu 23 Sept. 2010.*
https://www.academia.edu/336353/
2015
_____. "On Samuel Beckett." From A Bibliography of Literary Theory, Criticism and Philology. Online at SlideShare (Peter Buck) 10 May 2010.*
http://www.slideshare.net/peterbuck/on-samuel-beckett
2014
_____. "On Samuel Beckett." From A Bibliography of Literary Theory, Criticism and Philology. Online at Instalike 23 Feb. 2016.*
http://instalike.org/a-bibliography-of-literary-theory-criticism-and-philology.html
2016
_____. "Bibliografía sobre Samuel Beckett." In García Landa, Vanity Fea 20 June 2015.*
http://vanityfea.blogspot.com.es/2015/06/bibliografia-sobre-samuel-beckett.html
2015
Frames, Roles, and Institutions
jueves, 7 de julio de 2022
Externalized Complications
La organización social como externalización y teatralización de las funciones cerebrales, reproductivas y familiares
—según la descripción de George Herbert Mead, en Mind, Self, and Society (241-42):
The human being is social in a distinguishing fashion. Physiologically he is social in relatively few responses. There are, of course, fundamental processes of propagation and of the care of the young which have been recognized as a part of the social development of human intelligence. Not only is there a physiological period of infancy, but it is so lengthened that it represents about one-third of the individual's expectation of life. Corresponding to that period, the parental relation to the individual has been increased far beyond the family; the development of schools, and of institutions, such as those involved in the church and the government, is an extension of the parental relation. That is an external illustration of the indefinite complication of simple physiological processes. We take care of an infant form and look at it from the standpoint of the mother; we see the care that is given to the mother before the birth of the child, the consideration that is given for providing proper food; we see the way in which the school is carried on so that the beginning of the education of the child starts with the first year of its life in the formation of habits which are of primary importance to it; we take into account education in the form of recreation, which comes one way or another into public control; in all these ways we can see what an elaboration there is of the immediate care which parents give to children under the most primitive conditions, and yet it is nothing but a continued complication of sets of processes which belong to the original care of the child.
This, I say, is an external picture of the sort of development that takes place in a central nervous system. There are groups of relatively simple reactions which can be made indefinitely complex by uniting them with each other in all sorts of orders, and by breaking up a complex reaction, reconstructing it in a different fashion, and uniting it with other processes. Consider the playing of musical instruments. There is an immediate tendency to rhythmic processes, to use the rhythm of the body and to emphasize certain sounds, movements which can be found among the gorillas. Then comes the possibility of picking to pieces the action of the whole body, the construction of elaborate dances, the relation of the dance to sound which appears in song, phenomena which get their expression in the great Greek dramas. These results are then externalized in musical instruments, which are in a way replicas of various organs of the body. All these external complications are nothing but an externalization in society of the sort of complication that exists in the higher levels of the central nervous system. We take the primitive reactions, analyze them, and reconstruct them under different conditions. That kind of reconstruction takes place through the development of the sort of intelligence which is identified with the appearance of the self. The insittutions of society, such as libraries, systems of transportation, the complex interrelationship of individuals in political organizations, are nothing but ways of throwing on the social screen, so to speak, in enlarged fashion the complexities existing inside the central nervous system, and they must, of course, express functionally the operation of this system.
miércoles, 6 de julio de 2022
martes, 5 de julio de 2022
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Retropost, 2014: Leyendo estos días tanto los Ensayos de Montaigne como La Construcción Social de la Realidad, de Berger y Luckmann, he o...